martes, septiembre 23, 2008

DIOS Y LA VIDA

Por: CÉSAR RUIZ
El laberinto en el que desenvuelve cada ser humano se hace cada vez más complejo. La sociedad se expande a velocidades lumínicas tanto en lo físico como en lo virtual, sería obvio que en esta expansión cada quien encontrara un rincón de regocijo, pero infortunadamente los espacios que abre el formato de sociedad en el que nos insertamos están contaminados por los desechos que de ella misma emanan.
Partamos de un punto para desarrollar este monologo que espero se convierta en dialogo con quien lo lea, de la consideración de que en el inicio las relaciones sociales si bien eran pragmáticas porque surgían de la necesidad de protección mutua llevaban seguramente consigo la impronta de la solidaridad real emanada del valor de la vida, es decir, los hombres se utilizaban para cuidar la vida, para perpetuarla en el tiempo y con ella inundar todos los espacios del universo, de allí la familia y las tribus. Cuando el hombre fue encontrando formas más complejas de organización trajo consigo la deshumanización (teniendo como humanidad el entramado de seres que se reconocen mutuamente y se otorgan de manera reciproca dignidad), pero con esto que dio paso a la civilización el hombre se convirtió en medio para ese demonio que cosifica las personas y personifica las cosas. El dinero, el mercado que extendió sus tentáculos a lo largo del mundo entronizándose como un dios absoluto en el orden físico, masacrando la conciencia y encerrando el espíritu.

Los hombres cada vez presas mas fáciles de sus andanzas e ilusiones caímos fácilmente en sus dominios, olvidando la esencia y evidencia de nuestro paso por la tierra, la dignidad de hombres y mujeres pasó a un segundo plano a engrosar las filas de lo faltante, lo esencial se convirtió en sustantivo alejado de la práctica. El discurso tiene un carácter monológico SER EN CUANTO A TENER, DE ESTO SE DESPRENDE QUE QUIENES NO CONSIDEREN ESE TENER OPTEN POR DAR PASO AL LADO, LA VIDA SE ESTRELLO DE FRENTE CON LOS OBSTACULOS DEL LABERINTO QUE EL HOMBRE MISMO CON SU AMBICION HA PROPUESTO.

el secreto que traerá un revés a este sistema tiene que ser Dios, el Dios real que se percibe en el aire, la tierra, el agua y el fuego, que cura, purifica, limpia y da vuelo, que encierra a los hombres en la rueda del amor, amor en su sentido puro, no el convencional. Así dejaremos la arrancia, es necesario encontrar a Dios, está en los corazones de los hombres, en los pulmones que lo albergan permanentemente para así resinificar la vida, siempre ha estado vivo, jamás ha muerto es permanente y constante, no se vence ni se rinde porque es el espíritu absoluto que contiene la vida.

Los invito a que respiren, cada bocanada lo traerá al pecho y el corazón, a dará ánimos, traerá también la necesidad de estar vivos para disfrutar algo que en esencia, alejados de las mascaras, atavíos e imposturas es hermoso, eso es la vida.