viernes, diciembre 14, 2007

CICLOVIA NOCTURNA

Por: CÉSAR RUIZ
Anoche tuve la oportunidad de caminar un rato por la Carrera Séptima de Bogotá en medio de un río caudaloso de personas que se decidieron a pesar del frío a participar de la ciclovía nocturna tradicional desde hace ocho años en la ciudad, cantidades impresionantes de personas errando en medio de titiriteros, músicos callejeros y de tarima y saltimbanquis que hacían las delicias de los espectadores. Un mimo que hablaba y tenía unos descomunales senos y una barriga peluda mantenía hipnotizados a algunos, sobre la tarima del parque Santander unas bailarinas de danzas árabes que emulaban precariamente las historias de las mil y una noche mantenían espectantes a otros, frente al edificio Murillo Toro un contorsionista ponía sus tobillos detrás de la nuca mientras saltaba de una forma inexplicable, entre tanto los almacenes abiertos para pescar en río revuelto. El calor de la gente hizo olvidar por completo el frío de la tarde y la noche bogotana que en este Diciembre ha sido inusualmente helada.

Por mi parte, bien acompañado, me deleite con las bromas de un ser especial que se saciaba con migo del placer sociológico de ver como las personas necesitan en medio de la velocidad de la economía capitalista escenarios de esparcimiento y diversión alternativos. No nos demoramos mucho ya que llevabamos toda la tarde en el centro de la ciudad ademas mi cerebro y talvés el de mi magnifica acompañante estaban pulverizados al ver tantas imágenes y movimientos a los que no pudimos oponer resistencia, los juegos pirotécnicos vistos por televisión no fueron lo mismo. Sin embargo me pondré las pilas para apropiarme de los espacios que en esta época brinda la ciudad.

Una cosita para terminar, Que no se me quede en el tintero: que mala iluminación la de la plaza de Bolivar, bastante seca y elemental aún más si recordamos es uno de los nodos característicos de la ciudad, "muchas bolas" tanto los que la pensaron como las que habían adornando el lugar.

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