EN LA ECONOMÍA: CAMARÓN QUE SE DUERME...

Por: César Ruiz.

Es lamentable ver la depredación que el hombre hace a la tierra, observar como los recursos naturales se extinguen sin contingencia producto de la ambición de los hombres que hemos decidido endiosar un sistema económico que surge y se mantiene en detrimento de la naturaleza. Es triste ver como las personas mueren de hambre mientras que los alimentos se convierten en combustible al mejor estilo de historias de ciencia ficción que no alcanzaron a imaginar Julio Verne, ni Ray Bradbury en ninguna crónica marciana.
La tierra se sumerge en una carrera de ambición cuyo principal producto es la muerte, los únicos ganadores son:

• Los buitres que se alimentan de la carroña y los despojos de cuerpos de niños, hombres y mujeres que dejan de existir a causa del hambre.
• Las ratas que proliferan en las calles y alcantarillas alimentándose de los miles de toneladas de basura que diariamente arroja la humanidad, y
• Una muy pequeña porción de hombres y mujeres dueños del 90% de las riquezas de planeta, enriqueciéndose aún más gracias a las dadivas y favores de los dirigentes de países tercermundistas de donde provienen sus materias primas en una dinámica elemental, las potencias de turno aplican e proteccionismo y los países pobres como los africanos y latinoamericanos el librecambio, fomentando el monocultivo, la reducción de la biodiversidad, la destrucción de las fuentes hídricas y la extinción de los recursos naturales no renovables, ni que decir de las toneladas de CO2 que diariamente contaminan el aire.

El hombre sumergido en el pensamiento económico quizá llegue a tener el maquiavélico pensar de que el fin justifica los medios. En las tropas del capitalismo se tejen toda serie de planes y se incorporan toda serie de intelectuales orgánicos dispuestos a fortalecer la lógica de un sistema a punto de colapsar.

El sector primario de la economía aun en los países del sur, economías que dependen de la agricultura pero que cada vez más carecen de campesinos pues estos migran a las ciudades. El campesinado se va extinguiendo de la mano de los recursos mientras los habitantes de las ciudades son manipulados con espejismos de una vida mejor, distracciones mediáticas y discursivas que crecen mientras va disminuyendo por el contrario la calidad de vida de las persona que entran a ser parte del ejercito de empleados de las multinacionales dueñas de los demás sectores de la economía, de la industria, de los canales de comercialización, dioses de la oferta y la demanda, creadores de necesidades, debilidades y miedos que solo se atacan con el tótem del dinero. Grupos de multimillonarios cada vez mas herméticos e inaccesibles.

Nuestro país Colombia es ejemplo de esta realidad que no es ajena para nadie, nos empobrecemos cada vez más mientras somos presas de una penetración simbólica, comercial y cultural que nada tiene que ver con nuestros sueños, mientras nos dormimos para que los lobos famélicos transnacionales nos coman.
CÉSAR RUIZ