viernes, julio 18, 2008

LA DANZA INVEROSIMIL.



Me gustaría que leyeran este cuento..... que tanto debería corregir?


Por: CESAR AUGUSTO RUIZ

Estaba decidida a cada instante a explotar esa sensualidad que tenía. Erotismo que brotaba de sus poros exasperando mis feromonas, su silueta me descrestaba y me dejaba estático. Su baile era el elemento que me proporcionaba el clímax, ella con su movimiento me sometía envolviéndome en su juego.

Sus brazos levantados sobre la cabeza configuraban los movimientos de la creación y todo giraba a su alrededor. Ahora entendía porque dios había decidido descansar por lo menos un día, tenía que contemplar lo maravilloso de su creación.

¿Cómo podría resistirme a este ritual?, era imposible, más aún al ver que sacó su cuerpo de entre la blusa de seda que apenas podía tolerar su exuberancia… Lo hizo malintencionada, sabía de mi estado y era juguetona con mi deseo, podría ser un demonio dispuesto a sumergirme en el fuego de su carne y su meneo demoledor. Era juguetona con mi deseo, sabía proporcionarme dosis exactas de su maldad y lo hacía sin escrúpulos.

La observaba sin saber a ciencia cierta que diablos sentir rabia, éxtasis o demencia. Caía en su trampa mientras observaba su abdomen plano y delicioso y esa escultural cadera que se mecía frente a mi de manera acrobática girando sobre su eje los grados suficientes para mostrarme su torso Delgado y poderoso.

Su piel contrastaba con mis deseos. Dió un nuevo giro hacia el frente y sus impresionantes pechos se abalanzaron sobre el espacio para hundirlo y atrapar en su vuelo mi atención completa, puntiagudas flores apuntando hacia mi cara para mostrar su delicioso néctar.

Quize irme encima pero no podía, no lograba desatar mis sentidos, no solo debía sino que tenía que resistirlo, estaba encarcelado en una prisión de la que no podía salir. La observaba fijamente, mis pupilas se dilataban mientras me preguntaba: ¿cómo podría esto significar el quiebre entre la vida y mi deseo de muerte?, la respuesta no estaba dentro de mi, estaba en ella y sabía que estaba loca, se acostumbró siempre a caminar sobre el filo de la navaja. Lo que jamás comprendí fue el porque me involucraba en su locura.

Continúo danzando y ligeramente desabrochó el jean licrado y descaderado que daba muestras incipientes de su pelvis. Lentamente bajó la corta cremallera sin dejar de bailar un solo instante una música tan sensual como ella misma. Movía su mano derecha en círculos deformes que conducían sus falanges hacia sus labios embutidos de carne donde las humedecía paulatinamente para con paciencia llevarlos a sus senos y refrescarlos.

En medio de mi quietud se estremecía mi espíritu al ver los movimientos de su lengua saliendo lentamente de los bordes de su boca, pensaba mientras tanto que jamás la había besado y que seguramente si se diera seria incinerar mis propios labios.

Mi mente sentía un temblor que mi cuerpo no podía sentir, algo que hace algún tiempo no podía vivir. Se acerco, me permitió sentir su olor para que se inflamaran mis fosas nasales, quería llevarme al éxtasis y regodearse al tiempo con su malicia. Mi cuerpo inmóvil, su carne trémula, en otras circunstancias estaría sobre ella lamiendo su piel. Mientras yo lo pensaba ella continuaba quitándose el pantalón en contorsiones hermosas, mi respiración se cortaba, mi tiempo se aniquilaba y me sentía infartar al ver que no tenía calcillas.

Abrió sus piernas, se acerco, pasó su lengua sobre mi rostro, acercó su nariz a mi oído para hacerme sentir su respiración caliente. Me miró a los ojos y se corrió, levantó su ropa y salio del cuarto.

Nunca sentí tantas ganas de morir ni aborrecí tanto ser cuadrapléjico.

CÉSAR RUIZ

1 comentario:

Anónimo dijo...

QUE ESCRITO TAN BRILLANTE
DEFINITIVAMENTE EL DERROCHE DE CREATIVIDAD Y EROTISMO SE OBSERVA Y SIENTE AL INSTANTE.
TE FELICITO GRAN CESAR Y OJALA CONTINUES CREANDO ESTE TIPO DE LECTURAS QUE DE VERDAD GENERAN DESCONCIERTO PERO A LA VEZ ADMIRACION.
SALVE CESAAAAARRRRRR....